Gestión Tradicional: Metodología establecida donde los proyectos se ejecutan en un ciclo de vida secuencial.
Gestión Ágil: Prioriza al equipo de trabajo, a la colaboración con el cliente, y la flexibilidad.
En los últimos años, Agile acaparó por completo el mundo de la gestión de proyectos y el desarrollo de software. La gestión de proyectos está ayudando a las empresas a funcionar de forma correcta y sin ningún problema en sus procesos, convirtiéndose así en uno de sus pilares más importantes.
A pesar de que dentro de la gestión de proyectos pueden existir decenas de enfoques diferentes – las tradicionales (Waterfall) y las ágiles a menudo se enfrentan entre sí – , la elección final debería hacerse manteniendo la naturaleza del negocio y sus requerimientos/requisitos.
La gestión tradicional de proyectos es una metodología establecida donde los proyectos se ejecutan en un ciclo de vida secuencial que incluye las siguientes etapas: iniciación, planificación, ejecución, monitoreo y cierre.
Los proyectos , en su totalidad, son planeados de antemano, sin posibilidad de realizar cambios en los requerimientos/necesidades. Este enfoque, asume que tanto tiempo como costos, son variables y que, por el contrario, los requisitos son fijos. Esta es entonces la razón por la cual la gestión tradicional de proyectos se enfrenta/suele enfrentarse a cuestiones de presupuesto y plazos.
Beneficios de las metodologías tradicionales
Mientras que un sistema tradicional se centra en la planificación inicial – y se le da importancia a factores como costos, alcance y tiempo – la gestión de proyectos Agil prioriza al equipo de trabajo, a la colaboración con el cliente, y la flexibilidad. Este es un proceso iterativo que se enfoca en el feedback de los clientes y las versiones continuas en cada iteración de un proyecto de desarrollo de software.
Lo esencial detrás del desarrollo de software ágil, es que hace hincapié en los cambios evolutivos y en el esfuerzo colaborativo para obtener resultados en lugar de un proceso predefinido. Se dedica menos tiempo a la planificación y priorización inicial, ya que Agile es más flexible en términos de cambios y desarrollos en las especificaciones.
Scrum y Kanban, son dos de los marcos de trabajo Agile más utilizados, muy conocidos por fomentar la toma de decisiones y evitar el consumo de tiempo en variables que están destinadas a cambiar. Estos métodos hacen hincapié en la satisfacción de los clientes y usan los equipos disponibles para acelerar el desarrollo de software en cada etapa.
Los cuatro valores del Manifiesto Ágil:
Beneficios de Gestión Ágil de Proyectos:
Flexibilidad
La gestión de proyectos tradicional prácticamente no deja márgenes para realizar cambios en el producto. Es un proceso rígido, en el cual una vez que el plan ha finalizado, los gerentes se encargan de comunicárselo a sus equipos y se aseguran de que cada uno de los integrantes lo lleve a cabo de la mejor forma posible. Hay mucha resistencia frente a cualquier cambio que se quiera realizar, debido a que puede interrumpir la programación del proyecto.
A diferencia de la gestión de proyectos tradicional, la metodología Agile ofrece mucha más flexibilidad en lo que se refiere a realizar cambios. En este caso, los miembros del equipo son libres de dar a conocer e intercambiar ideas que crean que puede ayudar a mejorar aún más el producto, es por eso que se les permite experimentar y descubrir/dar con las mejores alternativas posibles. El método Agile se enfoca más en obtener el producto correcto que en seguir estructuras rígidas.
Apropiación y transparencia
Otra de las diferencias a tener en cuenta entre estas metodologías es que en la gestión de proyectos tradicional, la propiedad le pertenece al Director de Proyectos, por lo tanto, es su responsabilidad planear y documentar todo el recorrido del producto.
Aparte de los Gerentes, sólo los clientes están involucrados/forman parte de la fase de planificación, pero una vez que la implementación comienza, su participación es nula. Dado que los gerentes llevan las riendas del proyecto, los miembros del equipo generalmente no tienen voz en el resultado de sus esfuerzos o en el progreso del proyecto.
Mientras que en la metodología Agile, los proyectos son propiedad de los integrantes del equipo de trabajo. Todos ellos colaboran en conjunto para idear un plan diseñado para finalizar el trabajo dentro del tiempo y costo estimado. Además, se les permite conocer el progreso del producto, desde el comienzo hasta el final del mismo. Toda esta transparencia, desempeña un papel importante en el mantenimiento de un entorno laboral productivo y altamente comprometido.
Solución de problemas
En caso de aparecer obstáculos inesperados, los miembros del equipo de trabajo deben comunicar el asunto a sus gerentes. De todas formas, transmitir los problemas cada vez que surgen no es una opción viable/factible, ya que esto puede causar retrasos que implican exceder el tiempo límite, además de aumentar el costo total.
Dentro de las metodologías ágiles, los equipos tienen la autoridad para tomar las decisiones por sí mismos. De esta forma, intenta resolver los problemas internamente y evitan pérdidas de tiempo innecesarias. Al estar comprometidos y cerca del proceso, sus conocimientos ayudan a abordar la mayoría de los problemas que dificultan su progreso. Por lo tanto, a menos que haya necesidad de tomar decisiones extremas, los miembros del equipo difícilmente eleven asuntos triviales/sin importancia a sus gerentes.
Alcance de la retroalimentación
En la gestión de proyectos tradicional, cada proceso es claramente definido y planeado desde el comienzo. Éste debe ser finalizado y completo dentro del tiempo y costo estimado, lo que significa que cualquier cambio brusco/grande/de importancia o feedback que pueda retrasar la fecha límite no se considera/ se deja de lado. Mientras que dentro de los métodos Agile se permite el feedback constante, el cual es muy útil para proporcionar un mejor rendimiento.
Debido a la alta aceptación de la retroalimentación en la metodología ágil, ésta se ha convertido en la primera opción de muchos gerentes de proyectos y desarrolladores de software, ya que con el uso de estas metodologías pueden responder a los requerimientos/pedidos de los clientes a medida que éstos a su vez validan cada iteración de modo tal que les permita entregar/enviar productos o servicios de alta calidad dentro del plazo de entrega/dentro del periodo de tiempo asignado.
Las metodologías tradicionales se apoyan en una robusta planificación en la fase de análisis y diseño del proyecto. Una vez finalizado el proceso, se espera que los integrantes del equipo sigan paso por/a paso el plan con una guía/orientación mínima. El progreso se determina una vez finalizado el proyecto, y no existen controles frecuentes.
Por otro lado, debido a que existen iteraciones más cortas y rápidas, en los métodos agiles se alienta/anima a los miembros del equipo a realizar controles en intervalos regulados. De esta forma, es fácil determinar el progreso y ayuda a las personas a mantener la responsabilidad en su trabajo.
Por consiguiente, teniendo en cuenta el ambiente dinámico en el que nos movemos hoy en día, hay que reconocer que muy pocas situaciones no dan lugar a que un cambio suceda/ a que surja un cambio, y al ser así, apegarse a la metodología ágil será una opción mucho más fructífera para las empresas a la hora de encaminar/comenzar un proyecto.