El Internet es sinónimo de conectividad y la conectividad, en conjunto con la tecnología, ha permitido que nuestro entorno automatice tareas, resultando, en general, en una vida más cómoda. Al estar conectados con todo, en todo el mundo, todo el tiempo, no dependemos del espacio, ni del tiempo.
El Internet de las cosas viene a reforzar esa idea de conectividad, agregando nuevos elementos que pueden interactuar entre sí para realizar actividades por nosotros. El Internet de las cosas es un desarrollo tecnológico que intensifica el provecho que le podemos sacar a las máquinas, en la búsqueda de un entorno más eficiente, promoviendo la próxima evolución del Internet que conocemos.
Como siempre, la explicación será lo más sencilla posible, el Internet de las cosas no es más que el conjunto de esfuerzos que se realizan para que los aparatos y máquinas que usamos a diario (tanto las personas como las industrias) se comuniquen entre sí, para realizar tareas sin la intervención del humano; por supuesto, a través del Internet. Dentro del concepto de esfuerzo se engloban muchas cosas, como las tecnologías relacionadas con la inteligencia artificial, desarrollo de sensores y protocolos de comunicación, solo por nombrar algunos. El Internet de las cosas es conocido por sus siglas IoT proveniente del inglés Internet of Things.
Esta conectividad de máquinas, equipos y periféricos encuentra utilidad en muchos sectores de la vida, incluso en la industria, pero, sin dudas, el ejemplo del Internet de las cosas con el que más nos relacionamos los individuos es el desarrollo de la domótica, cuyo objetivo es que nuestras casas sean inteligentes.
Con el Internet de las cosas, podemos programar y mantener un control a distancia de procesos cotidianos; los objetos conectados pueden interactuar entre sí para recolectar información. El Internet de las cosas promete llegar tan lejos que no tengamos que preocuparnos por pequeñas actividades repetitivas gracias a que la tecnología podrá automatizarlas por nosotros.
Siguiendo con el ejemplo del Internet de las cosas en el hogar, este nos prometería reconocer alimentos que faltan en la refrigeradora y hacer el pedido en nuestra tienda de preferencia en el momento en que crea que sea necesario. Asimismo, nuestra casa podrá ajustar la intensidad de la luz, detectar quién y cuándo han entrado en casa, colocar música de acuerdo con nuestro estado de ánimo, entre otras cosas.
Este es un proceso complejo que se apoya en el Big Data para reconocer tendencias y comportamientos. Para realizar la acción que ponemos de ejemplo, el aparato debe ser tan inteligente que pueda medir el volumen o el peso del alimento, adicionalmente, debe conocer qué tanto lo consumimos y dónde comprarlo. En el futuro, incluso, no será solo comprarlo, sino escoger el tamaño y el mejor precio.
Así, muchas otras acciones se llevarán a cabo gracias a la interconexión de las cosas a través del Internet.
De manera general, el funcionamiento es sencillo, pero ilustrémoslo con un ejemplo. Supongamos que queremos que nuestras luminarias se enciendan cuando lleguemos a casa y que el sistema sea capaz de comprar una bombilla nueva cuando determine que alguna de las que están en uso se dañará.
Para esto, existe una central que procesa la información enviada por los sensores, periféricos y el resto de dispositivos conectados, en este caso la bombilla. Con la información recolectada, el computador crea patrones de comportamiento y predice cuánto más durará la bombilla; además de controlar su funcionamiento. La centran tiene acceso a las funciones de la bombilla gracias a que esta cuenta con una IP específica.
¿Cómo reconoce el sistema que la bombilla debe cambiarse? Porque en un principio obtiene datos y variables, cada día, va actualizando el sistema y puede predecir el fin de la vida útil de la bombilla. En ese momento, y con la información de modelo y marca, se puede comunicar con el comercio que vende la bombilla y ordenar una bombilla con las mismas especificaciones.
Se puede decir entonces que, en un sistema conectado al Internet de las cosas participan sensores, computadores y actuadores; la función del Internet es servir de puente para transmitir los datos.
El Internet de las cosas puede aplicarse a todo, siempre y cuando exista la infraestructura y la tecnología para hacerlo. Quizá hoy no sea factible aplicarlo al 100% en un proceso industrial, pero cuando esté robotizado, veremos su implementación, esto debido a que son disciplinas que van de la mano.
Entre las ventajas del Internet de las cosas tenemos:
Entre las desventajas del Internet de las cosas están: